viernes, 28 de octubre de 2016

El nuevo auto de Kia, Rio Xcite le apunta a la gama más competida del mercado

29 AGOSTO 2008

El progreso en estilo y acabados, además de su tamaño generoso, son los puntos fuertes de este nuevo Kia, que tiene una concepción muy europea. El motor es 1,4, 16 válvulas, 95 caballos de potencia. Los precios van desde 34 hasta 37.5 millones, dependiendo de la carrocería sedán o hatchback y de los equipos. 
Cada vez que manejamos un carro coreano, es obligatorio recalcar sus grandes progresos en todos los campos. Hoy no hay diferencias de acabados ni de prestaciones con todos los equivalentes de otros orígenes, aunque sus precios dejaron de ser las oportunidades de antes, porque a medida que invirtieron en desarrollos y elevaron la ejecución, los costos también se equilibraron.

Un perfecto ejemplo de este proceso es el Kia Rio Xcite, que acaba de llegar al punto más complejo del mercado que es la gama de los 35 millones de pesos.

Es un carro totalmente nuevo, de punta a punta que, a diferencia de otros coreanos, está pensado mucho más en función del mercado europeo donde Kia está dando saltos gigantes en participación con el Picanto y la nueva Sportage.

Es la misma plataforma y definición mecánica que traerá el próximo Hyundai Accent previsto para noviembre de este año en Colombia. Pero Hyundai, dueña de Kia, está enfocando más la formulación de sus carros hacia los Estados Unidos y eso se notará en lo que un mismo vehículo puede hacer con dos vestidos y destinos diferentes.

El Xcite es la nueva familia Rio cuyo nombre continúa, pero en Colombia se dedicará al servicio particular exclusivamente. Kia no se ha dejado tentar por la pelea en el masivo pero complejo mercado de los taxis y ha ¿posicionado¿ (como dicen los expertos en mercadeo) sus últimos automóviles en la zona de particulares.

El Rio viene con la carrocería hatchback o sedán y ambos con motores cuatro cilindros transversales delanteros, de 1.4 litros, dos ejes de levas, 16 válvulas, 95 caballos, 10 a 1 de relación de compresión. Es la dosis de potencia adecuada para el tamaño de la cabina, cuya amplitud es una de las ventajas que tiene en la gama.

Como les decíamos, este carro es otro cuento con respecto a sus predecesores. La cabina tiene unas líneas bonitas, especialmente la hatchback que es la más notable, sin exageraciones (algo en lo cual todavía los coreanos pecan en varios modelos y marcas), pero no rebosa originalidad.

Puede decirse que se parece a un Ford Fiesta adelante y a un Fiat Palio por atrás, lo que ratifica su destino europeo con unas líneas convencionales. Quizás el único detalle oriental es la franja vertical blanca que tienen los stops para la luz de reverso, pero está bien manejado y se convierte en un rasgo original.

Manejamos el hatchback con el equipo completo, que consiste en dirección hidráulica, aire, vidrios y espejos eléctricos, que se ofrece en 37.5 millones de pesos. Pero se puede acceder al Xcite desde 35 millones con el modelo LX sin aire y si se quiere algo aún más barato, los sedanes son las piezas a mirar. El LX, con la dirección y vidrios vale 34 millones y el EX, con todos los juguetes, 37 millones.

Nos pareció que tiene un paquete muy suave y amable de suspensiones que será buen socio de la preservación del ajuste general de la cabina en el futuro. La dirección es muy ágil, inclusive responde un poco más de la cuenta y en general presenta un comportamiento neutral, ágil y con buenos frenos.

 Viene con llantas 175/70 en rines de 14 pulgadas de acero, mimetizados con unas copas bastante bien logradas para imitar las ruedas de aleación. Mecánicamente, tiene una definición más familiar que deportiva, marco en el cual se mueve todo el concepto de este nuevo vehículo.

 El motor empuja bastante bien. No en vano tiene una producción de caballos de las mejores en esa cilindrada. Por supuesto, las relaciones largas que suelen equipar estos carros pensados más para la autopista y con su rendimiento a nivel del mar, le cortan el brillo que podría ser más notable con una piñonería de caja o diferencial más agresiva o montañosa, como acá decimos. Sin embargo, llega a los 175 kilómetros por hora, acelera limpia y positivamente en todos los cambios, menos en quinta donde el progreso es más paciente.

Nos impactaron bastante las reacciones que despertó en la gente que se acercó a preguntar por el nuevo modelo. Todos coinciden en que está en un nivel superior a lo que conocían de la marca, especialmente por la mejora de los acabados del interior, sobre todo de los plásticos y, en general, perciben que si mantiene sus características de confiabilidad y resistencia vistas en otros modelos, será un carro muy atractivo para quienes aprovechen sus características.  

 Naturalmente, el origen extranjero y las diferencias de impuestos que lo castigan, le quitan la opción de un ABS y los airbags para el precio que le pusieron aunque de todas maneras, ambos modelos tienen lo necesario y en el de lujo, salvo los dos ítems citados y los rines de aleación, el listado de accesorios se puede ¿chulear¿ completo.

La cabina, el estilo moderno pero muy sobrio y el tamaño son sus mejores armas. Caben cinco personas perfectamente a lo ancho, largo y alto, con un baúl bastante espacioso a su servicio. El tablero de instrumentos es simple pero bien ejecutado y todos ofrecen tacómetro, con odómetro digital incrustado en el marcador de velocidad. Los materiales de los asientos se ven fuertes y riman bien sus colores con el conjunto del interior, por lo cual la vida a bordo resulta cómoda y placentera que es lo que el carro vende en primer término. Y si además es bonito, novedoso y funciona perfectamente, pues es una opción nueva que, entre tanta oferta, hay que considerar.

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